Las carreteras secundarias se cobran el 82% de las víctimas mortales

07-02-2012

Las carreteras secundarias representan el 90% de la red viaria y, aunque por ellas discurre tan solo el 43% del tráfico, se cobran el 82% de las víctimas mortales. Vamos a tratar de desentrañar las peculiaridades de estas vías de doble sentido, más peligrosas que el resto, sus problemas y sus posibles soluciones. Una carretera convencional tiene, en general, una sola calzada para cada sentido de circulación, esto es de entrada uno de sus mayores peligros: los adelantamientos.

Según informa la revista Tráfico y Seguridad Vial, en su número de diciembre, una entrevista a Federico Fernández, subdirector general de Gestión de Tráfico y Movilidad de la Dirección General de Tráfico (DGT), lo explica claramente.
Si circulamos por una autovía o autopista a su velocidad máxima y te sales de la calzada “chocarás con un obstáculo parado, es decir a 0 km/h, y eso producirá un impacto total, sumando ambas velocidades, de 120 km/h”. En cambio si circulas por una vía secundaria, “supongamos que a 100 km/h y te sales por la izquierda”, continúa Federico Fernández, “chocarás con otro vehículo que circula en dirección contraria a 100 km/h; en este caso se suman ambas velocidades y el impacto se produce a 200 km/h”.
Aunque desde el año 2000 se ha reducido un 45% la mortalidad en carreteras secundarias, en 2010 los accidentes con víctimas (muertos o heridos) alcanzaron el 88% y las víctimas mortales el 82%. Las distracciones (23% de los casos), las infracciones a normas de circulación (17%) y la velocidad inadecuada (11%) fueron las principales causas de la accidentalidad en estas vías. Por tipo de accidente, un 32% fueron salidas de vía, seguido de colisiones frontales (22%) y frontolaterales (19%). Los atropellos también son un grave problema en estas carreteras: el año pasado murieron 114 peatones.

Elena de la Peña, subdirectora general Técnica de la Asociación Española de la Carretera (AEC), resume en cuatro las características que diferencian carreteras convencionales de autopistas o autovías y las convierten en vías muy peligrosas. Destaca, en primer lugar, que para adelantar hay que invadir el sentido contrario; en segundo lugar, que existen carreteras con buenos márgenes “pero no en todos los casos”; el tercer factor hace reya que además de vehículos motorizados (turismos, motos, autobuses o camiones), podemos encontrar ciclistas, vehículos agrícolas o peatones; y, por último, señala Elena de la Peña, “en estas carreteras hay menos inversión en mantenimiento que en otras vías”.

Aquilino Molinero, ingeniero de proyectos del departamento de Análisis de Accidentes y Factor Humano de la Fundación CIDAUT, ha realizado un análisis de los tramos más peligrosos de carreteras secundarias de las diputaciones provinciales, detectando resultados curiosos. Por ejemplo, que existe una mayor concentración de accidentes en carreteras de provincias costeras que de interior. Aquilino Molinero explica que “las carreteras provinciales representan un importante medio de comunicación en zonas costeras, aumentando el flujo de vehículos y, en consecuencia, el riesgo de accidente”. En este estudio de CIDAUT se describe la carretera con mayor concentración de accidentes: una vía de anchura amplia (6 metros o más), con marcas viales de separación de carriles y bordes, pero sin arcenes o con arcenes impracticables, en la que no existen ni sistemas de contención ni hitos de arista, captafaros u otra señalización reflectante; además están ubicadas en tramos de curvas muy pronunciados. De hecho, tal como se desprende del estudio, existe un 46% más de probabilidades de sufrir un accidente por salida de calzada en una curva que en un tramo recto.