14-11-2012
Con estos días de frío que estamos sufriendo es normal que el uso de estufas haya
aumentado, lo que no es tan normal y debería evitar es que este aumento provoque los accidentes que hemos estado viendo en los medios de comunicación.
Muchos de los ingresos hospitalarios que se producen en invierno por accidente doméstico en las viviendas y que han acabado en trajedia tienen un denominador común: el brasero como detonante.
Policía Local Cehegín quiere dar una serie de consejos de interés sobre el buen uso y el peligro de los braseros y estufas a fin de aumentar la seguridad de los ciudadanos en sus domicilios y reducir los accidentes domésticos.
Hay que empezar por decir que el brasero de carbón, el original, hay muy pocas familias que lo sigan usando y en su momento, fue el sistema de calefacción por excelencia en España.
Su principal problema es que al arder, produce monóxido de carbono, un gas tóxico que no se detecta por el olor y genera adormecimiento en quien lo inhala. Si uno no se despierta a tiempo, puede que ya no lo haga nunca.
Los braseros eléctricos, en cambio, no generan ese gas. Pero no son seguros al 100%, y no porque sean defectuosos, sino porque no se cuidan bien. Los problemas vienen por varias razones, pero casi siempre, por la sencilla razón de que el aparato se deja encendido mientras se está dormido. Con horas por delante y el brasero muy caliente, las imprudencias se pagan.
Entre ellas, está el no haber limpiado bien el aparato, de manera que la suciedad acumulada puede acabar prendiendo y origine humo tóxico.
Existe la constumbre de colgar ropa dentro de las faldas de la mesa, que también puede servir como conductor de un posible incendio.
En definitiva, errores humanos que el brasero eleva a la máxima potencia.
En contraste con estos peligros, los pequeños radiadores, que también se pueden colocar bajo la mesa colgados, añaden el factor de la seguridad. Quizá no calientan tanto como un brasero, pero puede estar seguro al 100% de que en ningún caso generarán un incendio.
En todo caso, no está de más tomar medidas para evitar accidentes, por cual, se deberían tener en cuenta a la hora de comprar un producto de este tipo que se trata de un producto potencialmente peligroso y por tanto no se puede comprar en la ligera sino que conviene tener cuidado con lo que se compra.
Para empezar es muy importante mirar el etiquetado ya que este ya nos dará pistas de la
fiabilidad del producto.
fiabilidad del producto.
El decreto 1468/1988 de 2 de diciembre, especifica cómo debe ser el etiquetado de cualquier producto industrial y si el producto ya no cumple estos requisitos es bueno pensar que no es un producto seguro.
Tenemos que mirar pues si en su etiquetado consta como mínimo:
• El nombre y la dirección del fabricante o importador
• Las instrucciones de uso
• Advertencias de seguridad
• Advertencias de instalación
• Condiciones de uso
• El voltaje y la potencia del producto
• El marcado CE que nos garantizará que ha sido fabricado siguiendo las estrictas normas europeas y que por tanto se trata de un producto seguro.
• El nombre y la dirección del fabricante o importador
• Las instrucciones de uso
• Advertencias de seguridad
• Advertencias de instalación
• Condiciones de uso
• El voltaje y la potencia del producto
• El marcado CE que nos garantizará que ha sido fabricado siguiendo las estrictas normas europeas y que por tanto se trata de un producto seguro.
Cuando se compre un producto pensar en exigir ticket o factura que servirá de garantía posteriormente.